Si bien es cierto que para muchos, el seguir un camino establecido como una filosofía de vida o una religión es imprescindible para su desarrollo espiritual, no es menos cierto que no todos se adaptan a un sólo camino o unos dogmas impuestos. Cuando hablamos de fe, sobre todo en las religiones de libros, para muchos el tener unos rituales, leyes, enseñanzas y dogmas, les facilitan el aprendizaje y evitan así tener que buscar fuera de su camino.
Para muchos lo que su religión no diga, o no permita ni existe o está prohibido. Sólo lo de ellos es lo válido y punto. Para muchos, el libro es exacto, lo único y nada mas debería existir. Eso, ademas de ayudar a crear una mentalidad de intolerancia hacia otros caminos igualmente válidos y efectivos, limita el aprendizaje de otros puntos de vista y crea la separación que vivimos por parte de los que o sigues lo mio o te quiero lejos, fuera de mi. El amor de muchos religiosos está limitado a sus seguidores, los demás o se unen o deberían desaparecer. Cuando uno no sigue un camino o religión convencional, en algún momento encontrarás esa actitud de lo mío es y lo tuyo no. Aun en caminos que proclaman ser muy espirituales y tolerantes, encontramos seguidores con delirios de grandeza e ínfulas de todo lo sé y esto es así.
¡Alejaos mortales que somos el conocimiento personificado digno de toda alabanza!
Para mi, como para otros hermanos en el sendero, el no seguir un camino fijo, nos da una libertad de creencia, una variedad de conocimientos, mas tolerancia y oportunidad de crecimiento y aprendizaje. Aprendes a entender que existen muchos caminos que llevan al mismo fin, la conexión con eso que al final teorizamos todos pero que en esencia todos desconocemos. Una religión puede proclamar haber sido inspirada por tal o cual deidad, pero al final creemos por fe porque de lo contrario no hay forma de probar la existencia de tal o cual concepto. Peleamos por nombres de deidades. Peleamos por la valides de tal o cual libro. Peleamos por tal o cual idea. Peleamos por tal o cual iniciación. Peleamos por la valides de tal o cual enseñanza. Muchos nos decepcionamos por la actitud de esos que proclaman ser tan “espirituales”, que miran por encima del hombro mostrando que son grandes y dejando ver su regocijo delante del menosprecio hacia los demás.
La ventaja de no seguir una religión en particular es que nadie te puede prohibir creer en lo que quieras o dejar de creer si así lo decides. Nadie te impone reglas para adorar. Nadie te impone nombres para llamar eso que se reconoce en todos los nombre y aun sin nombre se reconoce. Aprendes de todos lados y la vida misma se encarga de irte enseñando a tu ritmo y tu propia necesidad interna. No hay nada de malo en seguir un camino, una religión, una logia o un estudio. Pero, si el estudio te hace arrogante, soberbio, engreído, me parece que pierdes el sentido de lo que debería ser el propósito de un camino, que es el ser mejor persona por su estudio y no un presumido creyéndote un “ andante google vivo”, con el derecho de humillar a otros por ver la vida de forma diferente. He visto ateos con mucho sentido de la vida y religiosos y espirituales que avergonzarían a la mismísima deidad que supuestamente sirven.
Para el gusto los colores, pero ni critico al que decide tomar un camino establecido mientras no se sienta superior a los demás, ni menosprecio al que sigue múltiples enseñanzas porque tal vez es lo que necesita para seguir aprendiendo. Al final, lo único que cuenta es la conexión con la “Presencia” la llames como la llames. Cuando esa conexión se presenta, lo mismo da que la llames de una forma o de otra, o que la encuentres en una religión, un sendero, una filosofía, o en varios caminos a la vez. La Presencia se hará sentir, cuando estemos listo para sentirla, sin tener que pedirle permiso a nadie para manifestarse en uno u otro camino. Lo que es no necesita la aprobación de nadie ni nada para ser…
Mientras, te invito a mirar la actitud de los “maestros que te encuentres en el camino” y sabrás su grado de desarrollo o si simplemente tienen cuatro libros aprendidos, sin ninguna espiritualidad.
Bendiciones de la Diosa
Nemuel Flores
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